Capitulo 3 [segunda parte]
La caída es desastrosa. Intento
evitar el irremediable choque contra el suelo alargando mis manos, sin embargo,
mi cabeza acaba golpeándose contra el suelo. Mis manos caen a ambos lado de mi
cabeza, inertes. Tardo unos segundos en recuperarme del aturdimiento. Con mucho
cuidado apoyo todo el peso en mis piernas las cuales también han sufrido las
desventajas de la caída. Al intentar ponerme en pie, me caigo como un saco de
patatas.
-¿Lottie?
A mi lado, Peter se despereza
intacto. “¿Cómo lo hace?” me pregunto.
Tiene un agujero en el pantalón,
justo encima de la rodilla, de donde se entrevé una profunda herida. Me doy
cuenta de que cojea un poco con la pierna izquierda y de que de su labio
inferior emana un hilillo de sangre.
En esta ocasión, me pongo en pie sin problemas
gracias a la ayuda de Peter.
-¿Qué ha sucedido?- pregunta
confuso
Esa es una buena pregunta. El lugar
en el que nos encontramos es un sitio cerrado por donde no entra un mísero rayo
de luz, y el olor a humedad impregna el ambiente. "Puede que sea un
sótano" pienso.
-Esto no me gusta- susurro
abrazándome al brazo de Peter cuando escucho unos pasos acercarse sobre
tablillas de madera.
En ese momento, se abre una puertecita, por la
cual entre un exceso de luz que daña mis pupilas. Me tapó los ojos con una mano
al tiempo que doy un paso atrás olvidando momentáneamente el dolor de mi
tobillo. Es por este motivo por el que me tropiezo y caigo por tercera vez al
suelo, arrastrando conmigo a Peter.
Una callosa mano agarra mi brazo a la altura del
codo y tira de mí.
Un hombre de mediana edad, de cabello castaño y
ojos de color celeste, hundidos. Su mirada gélida produce en mí una mezcla de
sensaciones. Timidez, vergüenza, miedo, y otras tantas. Incrementa la fuerza de
su agarre dañándome. Suelto un gritito de dolor atrayendo la atención de los
dos únicos hombres de la sala. Solo puedo mirar el rostro de mi agresor
asustada. Y antes de que me dé cuenta, sin previo aviso, me suelta. Al mirar
hacia arriba veo a Peter con el puño alto y una mirada llena de furia.
El hombre tirado en el suelo, emite un quejido
lastimero.
-¿Peter?- pregunto en un murmullo
-Salgamos de aquí- es su única respuesta
Me ayuda a ponerme en pie y caminar escaleras
arriba escuchando de fondo los gritos histéricos del hombre: "¡Ladrones!
¡Maleantes! ¡Sinvergüenzas!" Como yo había dicho, resulta que nos
encontrábamos en un sótano. El sótano de una cafetería mal iluminada.
La dependienta nos mira de malas maneras pero no
le da tiempo a replicar ya que salimos rápidamente del local.
El cielo está nublado, pero a pesar de ello, la
luz exterior daña mi vista. Tengo menos inconvenientes en acostumbrarme.
La calle de doble sentido, está abarrotada de
gente y vehículos. Miro a Peter dubitativa.
-¿Dónde estamos?- pregunto más para mí misma
-¡Buenas!
Un joven de unos veinte años, de cabellos de oro
y ojos dorados, se acerca a nosotros. Viste una camisa blanca con un chaleco
negro con borlas y botones rojos, y unos pantalones de rayas grises y
negros. Para completar el lock, lleva un sombrero de pico negro con una cinta
roja. A la espalda lleva un guitarra. Y a sus pies está la funda de esta con
algunas que otras moneditas y billetes.
-Parecen un poco perdidos- continúa diciendo
-La verdad es que...-comienzo
-¿No tendrá por casualidad un periódico?- me
interrumpe Peter
El chico nos mira con confusión pero no dice
nada al respecto. Se agacha, y coge un periódico.
-Aquí tienen amigos- dice entregándonoslo
Peter lo coge y lo abre. La fecha es de hoy,
pero el periódico pertenece a Irlanda.
-¡Irlanda!- exclamamos Peter y yo a la vez
-Perdonad, ¿esto es una cámara oculta?- pregunta
confuso el chico- Esta es la segunda vez que me pasa esto.
-¿Qué quieres decir con que es la segunda vez?-
pregunto
-Hace poco, no mucho antes de que vinierais,
aparecieron dos jóvenes de vuestra edad preguntando por las noticias del día.
Peter me lanza una de sus miradas de: "no
pensarás que...", que es equivalente a: "¿Estás pensando lo mismo que
yo?"
-....me llamó la atención el pendiente que
llevaba uno de ellos. Parecía estar hecho de oro- continúa diciendo ajeno a
nuestro debate interior
¿Un pendiente de oro? Solo conozco una persona
que lleve uno de esos. James.
-¿Sabes por dónde se fueron?- le pregunto
interrumpiendo su divagación sobre la venta al por menor del oro
-Esto...dijeron algo sobre Nitios
-¿Sabe dónde está eso?- pregunta Peter
-¿Qué? ¿Tenéis la intención de ir allí? ¿Sabéis
dónde os estáis metiendo?- pregunta atónito
-No, la verdad es que no. Pero agradeceríamos
que nos lo dijeras- dijo Peter exasperado
-No puedo hacer la cosa- responde él dándose la
vuelta
Veo a Peter perdiendo la paciencia, y decido
alejarlo de allí cuanto antes. Le toco con suavidad el brazo y le hago una indicación
con la cabeza. Pasa un brazo al rededor de mi cintura para estabilizarse, y nos
ponemos en marcha. Estamos llegando al final de la calle cuando escucho una voz
a nuestras espaldas. Al girarme me encuentro con el muchacho de antes corriendo
hacia nosotros.
-Por fin- dije jadeando cuando nos alcanza- lo
que quería decir es que no os puedo dejar ir solos
Su sonrisa es contagiosa. Le sonrío de vuelta.
Sin embargo se me borra la sonrisa cuando pienso en que estamos siguiendo una
pista insustanciosa que puede que no nos lleve a ninguna parte. Me pregunto que
habrá sucedido. "¿Como habremos acabado aquí? ¿Que tiene que ver James en
todo esto? ¿Qué será de la fiesta?"
-Por cierto, mi nombre es Dare
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