Está
próxima semana tengo muchos exámenes y no sé si podré publicar por lo que os
dejo el segundo capitulo.
Capitulo
2
Mi torpeza
Cierro de un portazo mi
casillero sobresaltando a los que se encuentran en el pasillo. Pido una audible
disculpa y me dirijo a mi siguiente clase. Por el camino, Nicky no cesa de
hablar del chico del otro día. Al parecer, el tal James es famoso en todo el
instituto. Es entonces cuando me acuerdo del chico de nueve años que se calló
por las escaleras. Ese era James.
-Nicky, tengo clase- la
interrumpo- nos vemos luego
Como era habitual, el
profesor de latín aun no había llegado lo que ofrecía a sus alumnos unos cinco
minutos para mantener conversaciones absurdas, hacer los deberes atrasados o
cualquier otra cosa.
Me dirijo a mi asiento,
en la tercera fila a la izquierda, lo que me permite mirar por la ventana, y
por el camino siento la mirada de alguien clavada en mí. Al girarme me topo con
unos impresionantes ojos verdes.
Me quedo como una idiota viéndole acercase.
-¡Buenos días!- dice James
-Esto…¿hola?- “claro
que sí, buena respuesta Charlotte”
-No sabía que
estuviéramos en la misma clase- dice sentándose a mi lado
“Otra persona a la que
resulto invisible”
-Ni yo
Intentando evitar sus
ojos me doy de de bruces con un par de ojos aun más inquietantes. Unos ojos de
ensueño. Sin embargo, el portador de esa maravillosa mirada tiene una mueca de
disgusto que congela mi sonrisa. Pero no es el único que me ofrece una mala
mirada. Una chica rubia me lanza dagas con sus ojos azules. Y una chica morena
me mira realmente mal. El resto del grupito nos mira con curiosidad.
-¿Qué…?-comienza James
siguiendo mi mirada- Vente conmigo a comer y te los presento- me ofrece
-No gracias- digo
tragándome el nudo que tengo en la garganta- no creo que sea bienvenida
-No te preocupes por
eso
-No, en serio- insisto-
otro día será
En ese momento entra el
profesor del latín con su habitual sonrisa. Todos corren de un lado a otro de
la habitación. Bueno, todos excepto James.
-Stevenson, haga el
favor de sentarse en su sitio
Siento un gran alivio
cuando se va pero no dura mucho. Peter Johnson se sienta a continuación como de
costumbre a mi lado.
-¿Y bien?- me pregunta
sacando sus libros
-¿Y bien qué?- pregunto
de vuelta confusa
-No te hagas la
inocente- le miro con mi casa de no saber que es lo que pasa y no haber roto un
plato-
¿Qué hacía uno de los chicos más calientes y populares de la escuela
hablando contigo?
-¿Por qué no iba a
hablar conmigo?
-¿Qué día es este, el
de las preguntas sin respuesta?
-¡Winfrey! ¡Johnson!-
grita el profesor- algo que quieran compartir con la clase
Me pongo pálida al
sentir todas las miradas puestas en nosotros. Algunos cuchichean entre si y
otros sueltan risas enmascaradas.
-Pues verá, estábamos
hablando del horroroso estofado de pollo que hay hoy en la cafetería- dijo Peter-
¿Qué narices lleva eso? ¿Qué quieren, matarnos?
Se escuchan las risas
de los alumnos
-Le pido que no
mantengan este tipo de conservaciones durante mi clase- dice el profesor- menos
mal que me he traído el taper que me hizo mi mujer
Más risas y caso cerrado.
El profesor Haler es genial.
-Gracias- le digo a Peter
-No hay de que
preciosa- responde él
-Lo que yo decía, esto
lleva veneno y su propósito es acabar con nosotros
Peter lleva todo el día
despotricando contra la comida de la cafetería. Incluso ha amenazado con hacer
una huelga. Este niño nos mata de un disgusto. “Bien, ahora hablo como mi
madre”.
-Deja de quejarte y
come- le reprocha Nicky molesta
Al momento Peter se
calla, y Nicky me lanza una mirada de “este es de los míos”.
-No te gires ahora pero
el grupito de James nos está mirando
Como la mayor parte de las veces desobedezco. En efecto,
ocho pares de ojos están puestos en nosotros.
Y si eso no fuese suficientemente
malo, por segunda vez en el día, James se acerca a mí.
-Que no se acerque, que
no se acerque, que no se acerque…- suplico
-Demasiado tarde
preciosa- dice Peter hablando con la boca llena
James se deja caer a mi
lado y me ofrece su usual sonrisa.
-¿Estabais hablando de nosotros?-
la pregunta va dirigida al grupillo pero él no aparta la vista de mí
-¿O vosotros de nosotros?-
respondo
Peter me mira con cara
de pocos amigos y yo a cambio le ofrezco un puchero y un aleteo de pestañas.
-Está mañana os invité
a sentaros en nuestra mesa pero Charlotte desecho mi oferta, lo cual me hizo
sentir mal
Directo al grano y
donde más duele. La mirada acusadora de Nicky lo dice todo.
-¿Qué?- varias cabezas
se vuelven hacía nosotros
-Baja la voz Nicky- le
pido
-Oye guapo- comienza mi
amiga. “¡Ay por dios!, que no diga lo que creo que va a decir”- ¿aún hay
asientos libres?
Lo dijo.
-Claro- responde James
“A partir de hoy estás
en mi lista negra guapetón”.
Lo que sucedió a
continuación desearía poder decir que no ocurrió y poder omitirlo pero, ¿para que mentiros?.
Cuando fui a ponerme en pie, se me quedo la pierna atorada. Caí de una forma muy poco agradable y la bandeja con mi comida salió volando. ¿Qué dónde calló? Pues le dio de lleno a la profesora de guardia, la Rottenmayer del instituto.
-¡Winfrey!
Aguanté el sermón con
dignidad y cuando me dieron permiso para irme lo hice maldiciendo en voz baja mi patosidad.
Afuera me esperaban
Peter, Nicky, James y un chico pelirrojo al que aun no tenía el placer de conocer.
-¿Y bien? ¿Qué ha
pasado? ¿Qué te han dicho?- me pregunta Nicky en cuanto me ve aparecer
-Castigada- respondo encogiéndome
de hombros
Peter suelta un silbido
de admiración.
-¡Tu primer castigo,
preciosa!- exclama como si fuese la cosa más rara del mundo- me encantaría
estar allí para apoyarte pero no puedo
-¡Yo estaré allí!- dijo
entonces James
-¿Y eso?- pregunté
-Empezó una guerra de
comida- responde el amigo de James riendose, y a su vez recibiendo un codazo del aludido
La sala de castigos se
encuentra en la planta baja cerca de los vestuarios que dan acceso al
vestuario. En la habitación somos como unos diez alumnos. En un principio,
James y yo nos sentamos juntos pero el profesor nos separa. Me paso la hora
leyendo uno de los libros obligatorios.
-Que clase más aburrida
No puedo estar más de
acuerdo con James. En la puerta principal, cuando voy a despedirme, James me
hace una proposición un tanto peculiar que no puedo rechazar.
-¡Oye! Este viernes voy
a celebrar una fiesta por mi cumpleaños y me gustaría saber si te apetecería
venir
-¿Me lo estás diciendo
a mí?- le pregunto asombrada
-Si, a ti- responde riéndose
-¡Claro!- exclamo-
¿pueden venir Peter y Nicky?
-Claro, cuanto más
mejor- respondió
Aquella noche me costó
conciliar el sueño pensando en la fiesta del viernes. Aquella tarde cuando
llegué a casa llamé a Nicky para decírselo. La chica es muy efusiva. Se puso a
chillar emocionada y comenzó a planearlo todo. No puedo evitar sonreír al
recordar su reacción.
Peter también se lo
tomó bien. Citando específicamente: “es una buena oportunidad para ligar”.
“Chicos” pensé cuando terminamos la conversación.
Apago la radio y me
recuesto sobre las almohadas. Mi vida está cambiando.
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