sábado, 21 de febrero de 2015

¡Hola a tod@s!

   ¡Holas a todos ustedes, damas y caballeros, niños y niñas, gente de todas las edades y nacionalidades!

   Estoy muy orgullosa de poder participar de hoy en adelante en el magnifico blog de Sinsajo en Llamas, y trabajar con estás dos magnificas escritoras.

   Eso era todo lo que quería deciros.

   Espero que la historia os este gustando. Ahora es cuando las cosas se ponen interesantes. Me gustaría saber vuestras opiniones.

   ¡Gracias por todo!


Un beso de esta Mental Disaster Writer

Capitulo 3 [primera parte]



Capitulo 3
La fiesta y otros sucesos[1º parte]


   El molesto despertador resulta tan inoportuno como de costumbre. Lo apago somnolienta, y me doy la vuelta dispuesta a conciliar el sueño una vez más. Pero mis intentas se ven defraudados cuando es estúpido despertador vuelve a sonar. Maldigo en voz alta y me pongo en funcionamiento a duras penar.

   Abajo me encuentro a mi padre sentado en su asiento habitual desayunando junto con mis hermanos.

   -¡Buenos días!- digo como saludo revolviéndoles el pelo

   -¡Agg, para!- gritan todos

   Con una sonrisa perversa, me siento al lado de mi hermano mayor, Erik.

   -¿Vas a ir a la fiesta de esta noche?- me pregunta mi padre sorbiendo el café

   -¡Mierda, se me había olvidado!- mascullo

   -¡Es boca!- me reprocha mi padre

   -Sí, claro que voy a ir. ¿Puedes llevarme Erik?- pregunto con la boca llena

   -Claro- responde riéndose de mis modales



   Las clases me resultan más tardías de lo habitual, y no hay nada que pueda hacer para evitarlo. Nicky no para de hablar de cómo vestir para la ocasión. Y Peter hace rabiar a Nicky con comentarios tontos.

   A la salida del instituto, voy a la casa de Nicky para prepararnos. Bueno, más bien ella es quien se viste un vestido ajustado de color negro. Después de mucho insistir, me convence para que me ponga una camiseta suya de color malva con demasiado escote desde mi punto de vista. Insiste en maquillarme y alisarme el cabello. Le dejo hacer para no hacerle sentir mal y que así se calle.

   -Estás muy guapa- me dice cuando nos estamos haciendo los últimos retoques

   -Tú también- y lo digo con sinceridad


   Cuando llegamos a la fiesta, está se encuentra en su pleno apogeo. En la entrada hay una hilera extensa de coches, por lo que Erik se ve obligado a dejarnos en segunda fila y recibir las quejas de aquellos que siguen su ejemplo. Por el camino, tuve que soportar la charla de mi hermano mayor, y una extraña conversación sobre la manera de vestir de mi vecina de setenta y dos años.

   Al bajarnos, algunos chicos nos saludan. Reconozco algunos chicos del instituto, pero la gran mayoría son desconocidos que seguramente han sido invitados por amigos de los amigos. En la puerta de entrada hay una chica morena con ropa muy ajustada saludando a los invitados que tiene pinta de estar muy borracha.

   -¡Bienvenidas a la fiesta de James Stevenson!- exclama cuando nos ve llegar

   Miro a mi amiga intencionadamente como diciéndole: “¿dónde me has metido?”, pero ella evita mi mirada y se pierde entre el gentío.

   El ambiente en el interior está muy sobrecargado. Hay parejas besándose en los rincones, gente bailando en una improvisada pista de baile, y algunos llevan una cogorza encima que no tienen ni donde sujetarse. Al poco tiempo también pierdo de vista Peter. Los busco en todas partes pero no lo encuentro. Cuando estoy a punto de darme por vencida, le veo charlando con una muchacha muy linda en un rincón. Al parecer, mi amigo no es bueno en el arte de ligar, porque al poco se acerca a mí con cara de pocos amigos.

   -¿Qué tal te ha ido?- le pregunto cuando le veo acercarse a mí cabizbajo

   -No me preguntes- es su única respuesta

   Si algo no me gusta de estas fiestas es que no conozco a nadie. Me abro paso entre la muchedumbre hasta llegar a la barra. Pido una coca cola, y cuanto estoy a punto de alejarme, alguien me empuja. Indignada me giro para echarle una reprimenda al impertinente que no mira por donde va.
   Un chico de cabellos castaños y unos ojos impresionantes me mira desde su aproximadamente metro noventa. Alza una de sus perfectas cejas con una sonrisa de medio lado.

   -Lo siento, no te había visto- se disculpa él

   -No pasa nada...- mi voz sale en un susurro apenas audible

   -Tú eres la jovencita que se pasa todo el día con mi novio, ¿no?

   Su pregunta me pilla desprevenida

   -¿Qué…?-pregunto confusa

   -James- sigo sin entenderlo, y él se da cuenta- digo, que James es mi novio- dice él como si fuese algo obvio

   Mis labios crean una perfecta o. “¿Su novio? ¿James tiene novio? ¿Cómo es eso posible?” Está y otras miles de preguntas me vienen a la mente.

   -¿Qué le has dicho, Carter?- escucho preguntar una voz grave y profunda

   Me giro buscamente dando de buces con el espectacular torso de James. No puedo ni mirarle a los ojos.

   -Solo la verdad, querido- responde el tal Carter pasándole un brazo alrededor de los hombros al aludido

   -Yo…te juro que no lo sabía… ¡hay por dios…!- siento un incomodo quemazón en mis mejillas

   -Tranquila, les gasta la misma broma a todos- ante mi mirada de confusión prosigue- te presento a mi mejor amigo Carter, aunque la verdad es que no sé porque sigo siendo su amigo

   -Porque me adoras y no podrías vivir sin mí- dice este

   Les miro a ambos sintiéndome de repente fuera de lugar. En ese momento aparece Peter a mi lado.

   -Preciosa, vayamos a bailar

   Tira de mi hasta la pista de baile impidiéndome despedirme.

   -¿A qué vino eso?- le pregunto

   -No te conviene

   Se a que se refiere, pero no quiero insistir en el tema. Me olvido de todo de lo que nos rodea (no de forma literal), y me dejo llevar por la música.

   Un par de horas después, tras haber bebido aproximadamente tres copas, me veo en la obligación de ir al baño. Tres chicas se retocan el maquillaje frente al espejo y me lanzan extrañas miradas al verme entrar. “¿A qué vino eso?” me pregunto.

   Estoy a punto de bajar a la planta principal de nuevo cuando escucho unas voces.  Una de las voces me suena familiar, así que, contra todo lo prudente me acerco a una puerta que se encuentran al fondo del pasillo entornada y que da acceso a unas escaleras mortales.

   -¿Lottie?

   Me giró de golpe sintiéndome como si me hubiesen pillado comiendo chocolatinas a escondidas. Al comprobar que no se trata más que de Peter me tranquilizo. Le  lanzo una mirada de enfado y le mando callar.

   -Chist- le hago una seña para que se acerque

   La puerta emite un desagradable chirrido al abrirse. Me quedo quieta durante unos segundos, comprobando que no nos han escuchado. Al ver que no ha sido así, le indico a Peter que me siga. Tan pronto como la discusión empezó, cesa. Peter y yo compartimos una mirada de confusión pero seguimos subiendo.

   La habitación a la que entramos es sencillamente espectacular. Parece una vieja azotea, y está repleta de objetos impresionantes. Nos paseamos alrededor de la habitación como dos niños pequeños en una tienda de juguetes.

   Al parecer no hay rastro de las personas que estaban hablando.

   -Mira que cuadro más feo- dice Peter señalando un cuadro.

   A pesar de que soy una fiel seguidora del arte, no puedo negar que este cuadro en particular es horroroso. Y encima está torcido. Me acerco dispuesta dejarlo como estaba cuando una luz azulada llama mi atención. “¡Es como en las películas!” pienso. Peter corre a ayudarme a apartar la pintura. Lo que hay al otro lado me causa una conmoción.

   El agujero en la pared muestra una pequeña habitación provista de armas que me ponen los pelos de punta. Una vez más, desobedecemos a nuestro inconsciente y entramos. A un lado de la habitación hay una computadora gigante, ¡la más grande que he visto en mi vida!

   -Creo que no deberíamos estar aquí- pienso en voz alto

   -¿Pero qué dices?- exclama Peter disfrutando del momento.- ¡Este lugar es impresionante!- intenta coger una espada que se le resiste.- ¡Guau!

   Unos extraños símbolos aparecen a lo largo de toda la pared.

   -¿Qué sucede?- pregunto asustada acercándome a Peter

   -¿Has tocado algo?- me pregunta al mismo tiempo

   No tenemos tiempo de responder nuestras preguntas. Una luz cegadora me nubla la visión. Las piernas me fallan. No tengo el control sobre ninguno de mis sentidos. Poco a poco, caigo en las garras de una fuerza que tan siquiera conozco. Antes de que todo desaparezca, pido perdón por mi imprudencia.

domingo, 15 de febrero de 2015

Capitulo 2



Está próxima semana tengo muchos exámenes y no sé si podré publicar por lo que os dejo el segundo capitulo.




Capitulo 2
Mi torpeza




Cierro de un portazo mi casillero sobresaltando a los que se encuentran en el pasillo. Pido una audible disculpa y me dirijo a mi siguiente clase. Por el camino, Nicky no cesa de hablar del chico del otro día. Al parecer, el tal James es famoso en todo el instituto. Es entonces cuando me acuerdo del chico de nueve años que se calló por las escaleras. Ese era James.

-Nicky, tengo clase- la interrumpo- nos vemos luego

Como era habitual, el profesor de latín aun no había llegado lo que ofrecía a sus alumnos unos cinco minutos para mantener conversaciones absurdas, hacer los deberes atrasados o cualquier otra cosa.

Me dirijo a mi asiento, en la tercera fila a la izquierda, lo que me permite mirar por la ventana, y por el camino siento la mirada de alguien clavada en mí. Al girarme me topo con unos impresionantes ojos verdes. 
Me quedo como una idiota viéndole acercase.

-¡Buenos días!- dice James

-Esto…¿hola?- “claro que sí, buena respuesta Charlotte”

-No sabía que estuviéramos en la misma clase- dice sentándose a mi lado

“Otra persona a la que resulto invisible”

-Ni yo

Intentando evitar sus ojos me doy de de bruces con un par de ojos aun más inquietantes. Unos ojos de ensueño. Sin embargo, el portador de esa maravillosa mirada tiene una mueca de disgusto que congela mi sonrisa. Pero no es el único que me ofrece una mala mirada. Una chica rubia me lanza dagas con sus ojos azules. Y una chica morena me mira realmente mal. El resto del grupito nos mira con curiosidad.

-¿Qué…?-comienza James siguiendo mi mirada- Vente conmigo a comer y te los presento- me ofrece

-No gracias- digo tragándome el nudo que tengo en la garganta- no creo que sea bienvenida

-No te preocupes por eso

-No, en serio- insisto- otro día será

En ese momento entra el profesor del latín con su habitual sonrisa. Todos corren de un lado a otro de la habitación. Bueno, todos excepto James.

-Stevenson, haga el favor de sentarse en su sitio

Siento un gran alivio cuando se va pero no dura mucho. Peter Johnson se sienta a continuación como de costumbre a mi lado.

-¿Y bien?- me pregunta sacando sus libros

-¿Y bien qué?- pregunto de vuelta confusa
 
-No te hagas la inocente- le miro con mi casa de no saber que es lo que pasa y no haber roto un plato- 
¿Qué hacía uno de los chicos más calientes y populares de la escuela hablando contigo?

-¿Por qué no iba a hablar conmigo?

-¿Qué día es este, el de las preguntas sin respuesta?

-¡Winfrey! ¡Johnson!- grita el profesor- algo que quieran compartir con la clase

Me pongo pálida al sentir todas las miradas puestas en nosotros. Algunos cuchichean entre si y otros sueltan risas enmascaradas.

-Pues verá, estábamos hablando del horroroso estofado de pollo que hay hoy en la cafetería- dijo Peter- ¿Qué narices lleva eso? ¿Qué quieren, matarnos?

Se escuchan las risas de los alumnos

-Le pido que no mantengan este tipo de conservaciones durante mi clase- dice el profesor- menos mal que me he traído el taper que me hizo mi mujer

Más risas y caso cerrado. El profesor Haler es genial.

-Gracias- le digo a Peter

-No hay de que preciosa- responde él



-Lo que yo decía, esto lleva veneno y su propósito es acabar con nosotros

Peter lleva todo el día despotricando contra la comida de la cafetería. Incluso ha amenazado con hacer una huelga. Este niño nos mata de un disgusto. “Bien, ahora hablo como mi madre”.

-Deja de quejarte y come- le reprocha Nicky molesta

Al momento Peter se calla, y Nicky me lanza una mirada de “este es de los míos”.

-No te gires ahora pero el grupito de James nos está mirando

Como  la mayor parte de las veces desobedezco. En efecto, ocho pares de ojos están puestos en nosotros. 
Y si eso no fuese suficientemente malo, por segunda vez en el día, James se acerca a mí.

-Que no se acerque, que no se acerque, que no se acerque…- suplico

-Demasiado tarde preciosa- dice Peter hablando con la boca llena

James se deja caer a mi lado y me ofrece su usual sonrisa.

-¿Estabais hablando de nosotros?- la pregunta va dirigida al grupillo pero él no aparta la vista de mí

-¿O vosotros de nosotros?- respondo

Peter me mira con cara de pocos amigos y yo a cambio le ofrezco un puchero y un aleteo de pestañas.

-Está mañana os invité a sentaros en nuestra mesa pero Charlotte desecho mi oferta, lo cual me hizo sentir mal

Directo al grano y donde más duele. La mirada acusadora de Nicky lo dice todo.

-¿Qué?- varias cabezas se vuelven hacía nosotros

-Baja la voz Nicky- le pido

-Oye guapo- comienza mi amiga. “¡Ay por dios!, que no diga lo que creo que va a decir”- ¿aún hay asientos libres?

Lo dijo.

-Claro- responde James

“A partir de hoy estás en mi lista negra guapetón”.

Lo que sucedió a continuación desearía poder decir que no ocurrió y poder omitirlo pero, ¿para que mentiros?.

Cuando fui a ponerme en pie, se me quedo la pierna atorada. Caí de una forma muy poco agradable y la bandeja con mi comida salió volando. ¿Qué dónde calló? Pues le dio de lleno a la profesora de guardia, la Rottenmayer del instituto.

-¡Winfrey!



Aguanté el sermón con dignidad y cuando me dieron permiso para irme lo hice maldiciendo en voz baja mi patosidad.

Afuera me esperaban Peter, Nicky, James y un chico pelirrojo al que aun no tenía el placer de conocer.

-¿Y bien? ¿Qué ha pasado? ¿Qué te han dicho?- me pregunta Nicky en cuanto me ve aparecer

-Castigada- respondo encogiéndome de hombros

Peter suelta un silbido de admiración.

-¡Tu primer castigo, preciosa!- exclama como si fuese la cosa más rara del mundo- me encantaría estar allí para apoyarte pero no puedo

-¡Yo estaré allí!- dijo entonces James

-¿Y eso?- pregunté

-Empezó una guerra de comida- responde el amigo de James riendose, y a su vez recibiendo un codazo del aludido



La sala de castigos se encuentra en la planta baja cerca de los vestuarios que dan acceso al vestuario. En la habitación somos como unos diez alumnos. En un principio, James y yo nos sentamos juntos pero el profesor nos separa. Me paso la hora leyendo uno de los libros obligatorios.

-Que clase más aburrida

No puedo estar más de acuerdo con James. En la puerta principal, cuando voy a despedirme, James me hace una proposición un tanto peculiar que no puedo rechazar.

-¡Oye! Este viernes voy a celebrar una fiesta por mi cumpleaños y me gustaría saber si te apetecería venir

-¿Me lo estás diciendo a mí?- le pregunto asombrada

-Si, a ti- responde riéndose

-¡Claro!- exclamo- ¿pueden venir Peter y Nicky?
 
-Claro, cuanto más mejor- respondió

Aquella noche me costó conciliar el sueño pensando en la fiesta del viernes. Aquella tarde cuando llegué a casa llamé a Nicky para decírselo. La chica es muy efusiva. Se puso a chillar emocionada y comenzó a planearlo todo. No puedo evitar sonreír al recordar su reacción.

Peter también se lo tomó bien. Citando específicamente: “es una buena oportunidad para ligar”.

“Chicos” pensé cuando terminamos la conversación.

Apago la radio y me recuesto sobre las almohadas. Mi vida está cambiando.
Dancing Robot Brown Blue Heart