martes, 2 de abril de 2013

Capitulo 1 ~ El Rescate

Os dejo el primer capitulo.
Espero que os guste.

Adrian:

Parpadeo repetidas veces, molesto por la débil luz que emite la destartalada bombillita que se balancea sobre mi cabeza.
Tengo los miembros doloridos, la vista borrosa, un dolor tremendo en las costillas, el labio inferior rato al igual que la nariz y una gran brecha en la cabeza que no deja de gotear sangre.
He perdido la noción del tiempo.
Las esposas que mantienen presas mis muñecas me producen un extraño picor.
Agudizando un poco el oído soy capaz de percibir los leves mormullos de la conversación que mis secuestradores están manteniendo al otro lado de la puerta.  No sé donde me encuentro y mucho menos que es lo que quieren de mí.
Una nueva voz se alza entre las demás:
-Aparátense de mi camino
Escucho pasos. Los hombres se acercan. La puerta de mi habitación emite un leve chirrido antes de abrirse de par en par.
Inmediatamente me yergo, sacando pecho y manteniendo la cabeza en alto.
Mis músculos se tensan en cuanto un hombre encapuchado entra en la sala. Emite un aura espeluznante.
-¡Soltadle!
Entran dos hombres más. El primero de ellos tiene el pelo azul al igual que sus ojos, me es indiferente. Sin embargo el segundo  y el segundo rápidamente capta mi puesto que es mi agresor.
Le miro con odio recibiendo a cambio de su parte una mirada confiada seguida por una torcida sonrisa.
-Soltadle- exige el que parece ser el jefe
-Pero…-comienza el primero
-Sin excusas- le interrumpe- ¡Ahora!
Se acerca a mí y me desata los pies.  Tengo la tentación de darles una patada y salir corriendo pero mantengo la compostura. Al fin y al cabo me están soltando, por así decirlo.
-Vuelvan a sus tareas- les dice el encapuchado saliendo de la estancia- Y usted Alexander Shiedfield, acompáñeme.
No hay escapatoria así que por una vez y por mucho que me cueste hacerlo, sigo las instrucciones que me dan.
Las paredes tienen un color mugriento. Son de un blanco sucio.  Los pasillos están iluminados por bombillas similares a las de mi celda. A ambos lados han puertas cerradas. De algunas de ellas emergen gritos; de otras, golpes secos. Horribles sonidos llegan a mis oídos.
Subimos muchas escaleras, atravesamos largos pasillos y chirriantes puertas  hasta finalmente llegar a una gran puerta de hierro.
Mi “acompañante” deja caer la capucha negra. Mis ojos se abren de par en par, atónito. ¡Una mujer! El tipo de hace unos segundos, el de la voz grave es una mujer. Y no una cualquiera, es muy guapa. Su cabello es oscuro con mechas rojas y corto. Y sus ojos son grises.
-Chist, no quiero que llamemos la atención
Al salir descubro que nos encontramos en un barco.
-¿Qué hacemos en un barco?- pregunto por primera vez
-La pregunta es, ¿sabes nadar?
Antes de que me de cuanta me empuja por la borda lanzándome a la mar. El agua está congelada y se me para la circulación cuando me adentro en ella. Me cuesta respirar y el gran oleaje me arrastra a donde le da la gana. Siento la presión de una pequeña mano sobre la mía, deslizándose por mi brazo y el absurdo deseo de que sea una sirena me hace soltar una carcajada lo que produce que me trague bastante agua. Esa mano tira de mí sacándome a la superficie donde por fin puedo respirar. Escupo toda el agua que soy capaz pero las olas siguen golpeando contra mí y arrastrándome. Giro la cabeza y descubro que la que está a mi lado es la misma chica que antes. En este momento no se si estar agradecido con ella por haberme sacado de aquel antro de mala muerte o dispuesto a ahogarla. Pero me contengo. Un dolor punzante me atraviesa la costilla dándome a entender que me he chocado contra una roca. Noto como sus brazos suben hasta agarrarse a mi cuello, me deslizo por la roca para más tarde chocar contra otra. Un sinfín de rocas me golpea por todos lados pero mantengo mi brazo alrededor de mi salvadora aguantando los golpes como me es posible. Al final no aguanto más y pierdo la conciencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dancing Robot Brown Blue Heart